jueves, 5 de enero de 2017

|ZonaSaraCasasnovas| Balance de 2016



Despedido ya el 2016 procedemos, como cada año, a hacer el resumen de lo vivido desde esta Zona que sigue encontrando su motor en la pasión con la que vivimos el trabajo de Sara Casasnovas y que, por supuesto, agradece la posibilidad de seguir compartiendo con quienes, movidos por esa misma emoción, deciden visitarnos para estar al tanto de las novedades que acontecen en la carrera profesional de nuestra actriz. Sintiendo la dicha de continuar el camino y encontrando miles de motivos que, traducidos a emociones, no hacen sino acrecentar nuestras ganas de seguir descubriendo(nos) a través de personajes con los que abrimos puertas, con los que volamos alto, con los que vibramos de vida, tenemos la certeza de que esta senda es inacabable y en el transitar aún nos quedan largos paisajes por divisar; con seguridad los disfrutaremos, y ya sentimos las ganas inmensas. Pero hoy, porque la ocasión lo merece, hacemos una paradita y hablamos no de lo que pasó sino de lo que llegó en este 2016 para quedarse en nosotros/as:


Y abrimos para ello el telón, porque este año ha sido de Teatro en mayúsculas. Vivimos la magia propia de ese templo sagrado en el que Clara tuvo su encuentro con la poesía, permitiéndose la vida y entonándola libre desde esas cuatro paredes que conformaban el Papagayo, desde su relación con Vicente y su vuelo sincero. Y es que enero venía con el estreno de estas Palabras Malditas que durante meses nos encogieron el corazón tomando forma desde tantos escenarios. Se pronunciaron durante su gira gallega en A Coruña, Santiago de Compostela, Ferrol, Vigo, Ourense o Pontevedra. Después la sala Margarita Xirgú del imponente Teatro Español de Madrid acogería la obra durante un mes, para lo que fue precisa la adaptación al castellano de una obra que había sido concebida originariamente en gallego. Teatro do Noroeste, con la batuta de Eduardo Alonso, nos regaló esta obra profunda y conmovedora en la que las palabras se gestaron con tanta vida que resulta imposible hoy no retornar al eco que dejaron en nosotros y que resonará por siempre entre quienes desde su butaca se sumergieron a corazón abierto en la historia de Clara y Vicente; no es posible de otro modo. Del corazón de quien teje con mimo esa poesía, declamada como caricia o arrojada con saña y rabia en otros momentos, a quien la recibe sintiéndose más libre, más vivo, más rico.











No fue ese el único viaje que desde una butaca el año pasado nos permitió emprender. Exploramos los límites del amor y del arte a través de una obra que con ironía hacía recorrido por las relaciones humanas y otros asuntos hilvanados con acidez e ingenio. Se trataba de "A forma das cousas", comedia negra original de Neil Labute y adaptada por Carlos Álvarez-Ossorio, primer montaje teatral de la productora La Yogurtera. Durante meses la obra fue girando por diferentes ciudades gallegas y permitiendo al público entrar en ese mundo invadido por un ritmo compartido y acompasado por la música en directo, atmósfera mágica: amor, vida y arte entonadas al son. Evelyn nos ofrecía una invitación a otro mundo, distante y distinto al de Clara, que engrandece el sentido de la existencia y potencia la amplitud de los puntos de vista: los universos recorridos. Regalos de vida.

Y así, de la mano de Sara, entramos en otras vidas a lo largo de un año que ha vuelto a ser rico en emociones, profundamente inspirador y colmado de orgullo por lo que nos supone ser testigos de esa fuerza arrebatadora y poderosa que Sara emana sobre las tablas, vestida de otra vida que en el momento se hace nuestra; entendemos así el éxito, y la felicidad como el camino que nos descubre ventanas a un mar infinito donde todo se vuelve posible: miramos, hallamos, vivimos, sentimos, bailamos al son de esa magia. Aprendemos.

Este año disfrutamos también de la Berlinale desde la distancia y compartimos la experiencia, que sabemos enriquecedora, de ese Macbeth guiado por Declan Donnellan que llevó a Sara hasta la bella Venecia. Nos asomamos a "Andrómeda", una historia valiente que denuncia la violencia de género a través de la historia de Noelia. un trabajo en corto que esperemos resuene más fuerte a lo largo de este 2017. Como también ansiamos conocer ya a "La chica del maletero", el primer trabajo de Sara Casasnovas como directora que está a punto de ver la luz.

Y estos son solo apuntes escuetos de lo que le pedimos a este año recién estrenado. Iremos descubriendo en cada pasar de página lo que nos depara el 2017, con la disposición al servicio del sentir de cada historia, sabiéndonos privilegiados/as por seguir latiendo en todas esas otras vidas que se nos descubren y en las que resolvemos cuestiones y nos planteamos otras. En eso consiste. Y para nosotros el éxito tiene mucho que ver con sentir, con compartir, con latir. Sigamos alcanzándolo.

Gracias por hacer grande esta Zona que todavía tiene mucha más vida, recargamos las pilas y continuamos... encontrando, como siempre, nuestro motor en la pasión por el trabajo de Sara Casasnovas. Una fuerza que nos llena, nos impulsa y nos colma de emociones y sentimientos. ¡Brindamos por el nuevo año y por todo lo que está por venir!